arquitectura sensible

En nuestros proyectos, buscamos crear entornos construidos respetuosos con el medio ambiente, socialmente responsables y económicamente viables, teniendo como objetivo generar una arquitectura de mínimo impacto, minimizando el consumo de recursos naturales y la huella de carbono.

Actualmente, el 38% de las emisiones mundiales de CO₂ derivan del sector de la construcción. Sentimos que es nuestra responsabilidad trabajar para reducir este enorme impacto sobre el medio ambiente.

Creemos que una arquitectura sostenible va más allá de la eficiencia energética, además del uso de energías renovables, requiere de un diseño eficiente a todos los niveles, entre ellos en su análisis de ciclo de vida (ACV). Debe, en la medida de lo posible, optimizar recursos, emplear materiales naturales, de kilómetro cero y de baja huella de carbono, con el objetivo de desarrollar viviendas pasivas y edificios conscientes.

Para los objetivos de la Agenda 2030 del Pacto Verde de la Unión Europea, se han establecido distintos marcos normativos, voluntarios todavía pero próximamente obligatorios en relación con la construcción sostenible, en particular la taxonomía europea (para desarrollar actividades económicas sostenibles) y el marco levels (marco de información para mejorar la sostenibilidad de los edificios). Estas herramientas contribuyen a que nuestro sector empiece a ser más consciente y más eficiente en la aplicación de medidas de sostenibilidad.

Nos centramos ante todo, en las necesidades y el bienestar de las personas. Creamos espacios para vivir, funcionales, acogedores, y adaptados a cada cliente, evaluando de manera cercana, con entusiasmo y cariño, las características de cada proyecto.

Las relaciones interpersonales son también una parte fundamental del diseño arquitectónico, según los espacios privados y colectivos proyectados, las personas se relacionan más o mejor, comparten lugares y experiencias, viven en comunidad o aisladas, y pasan más o menos tiempo en familia.

Se estima que las personas en países industrializados pasan aproximadamente el 90% de su tiempo en ambientes cerrados. Este porcentaje incluye el tiempo que pasamos en nuestras casas, oficinas, escuelas, centros comerciales, gimnasios, entre otros espacios interiores.

Nuestro objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas, y crear una arquitectura sana, mediante recursos que incluyen emplear materiales saludables (libres de COVs), ventilar adecuadamente las estancias, proteger frente al ruido, y potenciar la relación con el exterior.

Una arquitectura bioclimática es ante todo una arquitectura local, que adapta el diseño a las condiciones climáticas y ambientales aprovechando factores como la luz solar (la orientación), la ventilación natural (espacios pasantes), la temperatura, la humedad y la topografía del terreno para lograr una edificación más eficiente y respetuosa con el medio ambiente.

La adaptación al entorno es también fundamental en cuanto a las características del lugar físico en que se encuentra: la componente social, la comunidad, el barrio, el entorno natural y construido, las preexistencias (las construcciones existentes, el arbolado…).

La arquitectura debe ser eficiente desde distintos puntos de vista. Debe ser funcional, viable, óptima en cuanto a programa, recorridos e instalaciones. Debe ser eficiente energéticamente, pero también desde su diseño, materiales, y soluciones constructivas, ser más eficiente en el uso de recursos y tener un menor impacto medioambiental.

Los conceptos previamente planteados, el diseño pasivo, y el empleo de sistemas y materiales eficientes y de buenas prestaciones permiten reducir el consumo energético, que complementado con un correcto empleo de energías renovables nos permite llegar incluso a desarrollar edificios con las más altas prestaciones y certificaciones (GBCe – VERDE / Passivhaus / LEED / BREAAM) pudiendo llegar incluso a desarrollar edificios de consumo casi nulo – NZEB (Net Zero Energy Building).

La arquitectura biófilica se enfoca en la conexión y la integración de la naturaleza en el diseño de los espacios construidos, ya que ésta influye positivamente en nuestro bienestar y salud física y mental. El término “biofilia” proviene del griego “bios” (vida) y “philia” (amor o afinidad), lo que significa “amor a la vida”.

Trabajamos la conexión con la naturaleza adaptándonos a la realidad de cada proyecto, e incorporando recursos sensoriales según la medida de lo posible. Trabajamos la relación interior-exterior, los materiales naturales, la iluminación y ventilación natural, la presencia de vegetación natural, las sensaciones físicas, la biodiversidad…